Campamento en Rio Clarillo
- Diego Calderón
- 10 abr 2017
- 2 Min. de lectura
Los primeros días de abril, con el 3ro y 4to de mi colegio (San Nicolás Diácono) fuimos de campamento a la Reserva Nacional río Clarillo. Partimos el jueves 6 y retornamos el viernes 7. Fuimos con el objetivo de realizar diversos trabajos para distintas asignaturas del colegio (biología, historia, química, física y educación física). Eso sí, los diferentes trabajos de las diferentes ciencias no se hicieron por separado, sino que a través de una sola operación se llevó a cabo cada labor de las diferentes disciplinas.

El primer día, lo primero que hicimos fue instalar las carpas. Después, partimos al sitio de trabajo. La caminata debió haber durado 2 horas por el sendero de los Bueyes. Debo confesar que este trekking fue un poco difícil, pues todo el rato fuimos cuesta arriba por 12 km. Cuando llegamos al lugar de trabajo, almorzamos con comida ya hecha de nuestra casa y después nos pusimos a trabajar.

La primera de nuestras tareas fue hacer un cuadrante biológico, donde recolectamos toda la información que necesitábamos: la altitud de las diferentes áreas del cuadrante, la cantidad de metales en la zona, el pH del suelo, etc. Este proceso nos tomó todo el día. Volvimos al lugar de campamento y en la noche nos dedicamos a tabular nuestros datos y hacer diferentes cálculos, como el promedio y la varianza. El segundo y ultimo día, el trabajo estaba enfocado en educación física, donde caminamos por un sendero que era un poco mas corto que el del día anterior. Sin embargo, hubo algunos problemas, ya que nos equivocábamos de camino o nos perdíamos, teniendo que devolvernos y seguir buscando el camino correcto. Al concluir la actividad fuimos a nuestro lugar de estar, almorzamos y tras esto volvimos a Santiago.

Para mí, la salida fue una gran idea y la valoro positivamente. El salir del colegio a realizar trabajos y actividades sirvió bastante, ya que se aprende de otra forma y los alumnos podemos encontrar más significativo el contenido que se pasa en el aula. Además, cambiar una sala de clases por ese entorno natural es una experiencia inolvidable.
No obstante, hay que decir que también causó mucho desgaste, debido a las largas caminatas por los largos senderos, y las actividades que nos ocuparon todo el día. En la noche se puso a llover poniéndose muy frío al otro día. Sin embargo, se puede decir que todo el viaje fue bastante agradable, lográndose una interacción diferente entre los compañeros de clase, fuera de las instalaciones del colegio. En fin, el campamento, fue bastante eficaz para lo que se esperaba. Por el éxito que tuvo, el colegio debería tomar en cuenta la opción de ir repitiendo con los años, transformándose así en una tradición de cada año.

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