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Vivir en Chicureo como adolescente.

  • Diego Calderón
  • 27 nov 2017
  • 3 Min. de lectura

Santiago es la ciudad principal de Chile. Capital del país, donde podemos distinguir su centralizado poder político, pero más allá de eso, notamos también como se pondera como el núcleo nacional, a través de sus variadas conexiones y servicios, predominando en la infraestructura nacional. Por eso mismo, esta la creencia popular que cuando uno está en Santiago tiene todo en sus manos, donde las oportunidades abundan y a la gente no le falta nada, encontrando cosas tal como puede ser la última tendencia en ropa, por poner un ejemplo. Podemos decir que esto no esta tan alejado de la verdad si comparamos la metrópoli con las demás provincias, ya que claramente hay una gran diferencia de desarrollo. Uno al vivir en Santiago se puede aliviar al poder afirmar que dentro de todo lo que ofrece Chile, lo mejor siempre estará acá. Sin embargo, la ciudad no se aprovecha muy bien viviendo en la periferia. Dentro de las partes de más afuera de la ciudad, podemos encontrar la comuna de Colina, donde se encuentra el sector de Chicureo, donde yo vivo y estudio. A pesar de considerarse este lugar dentro de Santiago, la verdad es que cuando uno vive aquí se siente uno más lejos que cerca del centro urbano más grande el país.

Chicureo se encuentra en una parte específica de Colina, donde se presencian grandes y extensos territorios verdes y la gente vive principalmente casas, mayoritariamente en parcelas. En su total, se podría decir que se asemeja al estilo de campo: predomina la privacidad dentro del vivir de las personas, donde se nota una tendencia a la tranquilidad por encima de la convivencia con vecinos, alejándose del paradigma urbano. Es esto mismo, que en mi caso me genera cierta incomodidad. A lo largo de mi vida he acostumbrado a vivir en zonas urbanas, sin distinción del tamaño de esta, siempre en una ciudad. Se podría decir que el ruido y el constante movimiento característico de la ciudad ya se ha transformado en algo parte de mi personalidad. Para mi las características urbanas, tal como el desorden y la espontaneidad, logran llenar el vacío de la incertidumbre en un adolescente. Dentro de su inmadurez, la ciudad le permite encontrar su camino a través de la jungla de las personalidades y tendencias que se encuentran en ella. Todo un buffet disponible para encontrar un sentido a la vida, que finalmente construye la identidad de uno, quiéralo o no. La zona de confort que puede estar establecida en un inexperto lo arriesga a llegar tanto a la ignorancia de la realidad como a la mediocridad de sus actos. Lamentablemente, esto es el ambiente predominante en Chicureo, donde en vez de traerle una mejor formación personal a un joven como yo, trae mas inseguridades para finalmente en un futuro enfrentar a la verdad del mundo.

Así entonces, digo que bajo mi punto de vista el adolescente debe vivir en un lugar que le permita descubrir y explorar, tal como lo permite la ciudad. Vivir alejado de esta realidad actual es bastante peligroso ya que la aleja de esta, pudiendo crear una persona incapaz y que vive en su propia fantasía. Por esto mismo, a pesar de que la zona se destaca por la tranquilidad que presenta, cosa anhelada por una gran cantidad, encuentro que no es ideal para un joven, sino más bien perjudicial para él y su formación.


 
 
 

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